– Acompañar la información oral,
con la presentación de imágenes.
– Las instrucciones que dé el
docente deben ser claras y concisas, adecuadas a la capacidad y características
del niño.
– Antes de hablarle, hay que
pedirle que nos mire.
– El lugar físico que ocupa el
alumno en el aula es muy importante. Debemos priorizar aquellos sitios con
pocos elementos de distracción (ventanas, zonas de paso, ruido, etc.)
– Puede utilizarse algún
compañero con el que tenga buena relación, para que le ayude en las tareas con
mayor dificultad.
– Es básico asegurarnos de que el
niño ha entendido la tarea antes de iniciarla.
– Según la edad del niño, podemos
enseñarle a hacer esquemas, a subrayar, a reconocer lo esencial.
– Debemos resaltar lo positivo
para que los demás alumnos lo aprecien y así mejorar su autoestima.
– Es de gran ayuda que en casa
tenga un espacio de tiempo para trabajar con los padres y que supervisen la
realización de los deberes. Los padres son piezas fundamentales para reforzar los
aprendizajes. Este trabajo debe efectuarse independientemente de que el niño
tenga ya otros soportes como refuerzos, maestro de tareas dirigidas, etc.
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